Por Iñigo Aduriz | Foto: Flickr UPyD
23/06/2016
El 20 de diciembre sufrió su principal golpe en sus ocho años de existencia. Tras perder 900.000 votos, Unión, Progreso y Democracia (UPyD) no lograba representación en el Parlamento e incluso quedaba relegada como la segunda fuerza extraparlamentaria por detrás del Partido Animalista (PACMA).
En los meses sucesivos la formación registraba una auténtica sangría de militantes –además de la que ya había padecido antes de los comicios–, que hizo que incluso su hasta entonces fundadora y cabeza visible, Rosa Díez, decidiera de manera sorprendente darse de baja del partido junto con sus incondicionales Carlos Martínez Gorriarán, o el que fue candidato a las generales Andrés Herzog. Este último habló incluso de la necesidad de la disolución del partido.
Pero el único representante institucional que le queda a la formación magenta, el diputado del Parlamento Vasco, Gorka Maneiro, decidió mantener vivo el proyecto que había nacido en 2007 de un grupo de críticos del PSOE y de otras fuerzas políticas. Él es ahora el candidato de UPyD a La Moncloa y confía en que el próximo domingo su partido obtenga «uno o dos diputados» y regrese al arco parlamentario. Es la última oportunidad para la organización que nunca ha querido vincularse ni con la izquierda ni con la derecha.
Menos presencia que «los cuatro tenores»
La campaña está siendo algo diferente para la formación magenta. Ya no dispone del dinero que por ley se asigna a los partidos que han obtenido representación parlamentaria, porque no la obtuvieron en diciembre. No obstante, Maneiro asegura que «el tema del dinero» no lo han «notado tanto». Sí la atención de los medios, a pesar de que asegura atender a entrevistas «prácticamente todos los días». «Es cierto que las televisiones no conseguimos tanta presencia como los cuatro tenores», explica en conversación con Cambio16, en referencia a los líderes de PP, PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos, Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera, respectivamente.
Habitualmente vive en el País Vasco, pero insiste en que por la campaña está haciendo un esfuerzo especial en Madrid. «Me paso día, tarde y noche en las calles», explica Maneiro. Celebra, además, que haya «muchos militantes y afiliados que están repartiendo folletos o presentes con los carteles de UPyD». Él es optimista respecto a los resultados que pueda obtener su partido el domingo: «Tenemos un buen lema, un buen cartel y en nuestras listas van personas tan importantes como Maite Pagazaurtundua o Fernando Savater». Son la número dos y el cinco en la lista por Madrid.
UPyD sufrió especialmente con la implantación de Ciudadanos a nivel estatal, otro partido que trata de ubicarse en el centro y al que se marcharon un buen número de militantes e incluso cargos de la formación magenta. Pero Maneiro tiene claro por qué los votantes deben elegirles a ellos y no a la formación que dirige Albert Rivera: «Porque UPyD ha demostrado durante años que es fiable y que antepone los intereses de los españoles a los del partido».
El «humo» de Rivera
Sus argumentos se han reforzado en los últimos seis meses por la imposibilidad de formar Gobierno: «En estos meses los partidos nuevos se han comportado como los viejos», apunta, antes de explicar que «la alternativa a la mala política no puede ser el populismo de Podemos o el postureo o el humo que vende el señor Rivera». Aboga, por tanto, por dejar a un lado «el márketing» y apostar por «medidas concretas». «Hemos visto lo que han dado los otros y la conclusión es que UPyD siempre ha estado al pie del cañón, defendiendo los intereses de la gente y dispuesto a impulsar las reformas que España necesita», insiste.
Su objetivo es que a partir del día 27 su partido sea determinante en el diálogo con los partidos «para poner en marcha las medidas que España necesita». Entre otras, menciona las que tienen que ver con la regeneración política, como «una reforma de la ley electoral, la introducción de primarias obligatorias y listas abiertas, o el endurecimiento de las incompatibilidades de los cargos públicos».
También «la despolitización de la justicia, que educación y sanidad sean competencias estatales, la reforma del estado autonómico para reducir el gasto político innecesario, el fortalecimiento del estado del bienestar o la lucha contra la corrupción».
Esta última ha sido la bandera de la formación magenta a lo largo de su historia. Se ha llegado a personar como acusación en numerosas causas, si bien la falta de apoyo ciudadano y su consiguiente pérdida de recursos le hizo abandonar todas ellas. Preguntado al respecto, Maneiro no cree que la razón de la pérdida de votos tenga que ver con que a los españoles no les importe la lucha contra la corrupción. «Sí creo que les indigna. Lo que ocurrió es que tuvimos problemas internos y por eso dejaron de apoyarnos», concluye.