Por Iñigo Aduriz
28/11/2016
La economía española crecerá a lo largo de este año un 3,2% según las últimas previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que incrementa su previsión para el país que en julio la situaba en el 2,8% de crecimiento. Pero además, realiza una serie de recomendaciones al Gobierno para que ese crecimiento se mantenga.
Así, en el informe hecho público este lunes, que prevé que la economía mundial crezca un 1,9% a finales de año, considera que «es importante estimular el crecimiento» desplazando el gasto hacia «la educación, las políticas activas del mercado de trabajo y el I+D», cuya inversión, señala, es «inferior a las de los países del entorno» dado que ha disminuido «sustancialmente» por culpa de la crisis. También recomienda al nuevo Ejecutivo que la carga tributaria se desplace hacia el consumo y «los impuestos ambientales», dada la situación de paro.
Con motivo de la publicación de su informe con las perspectivas económicas mundiales, la organización advierte de que la economía española ha crecido «fuertemente» en 2016, impulsada principalmente por el aumento de la demanda interna impulsada por «una política monetaria fácil en la zona del euro y un estímulo fiscal». Asimismo, la OCDE espera que la fase expansiva continúe en 2017 y 2018, «con la demanda interna liderando la recuperación, aunque a un ritmo más lento».
Y es que según apunta el mencionado organismo existen algunos factores que «han contribuido a impulsar el consumo», como los bajos precios del petróleo y los impuestos más bajos, elementos que puede que no se mantengan el próximo año. «La inflación aumentará gradualmente a medida que disminuyan los efectos de los bajos precios del petróleo, pero las presiones fiscales se mantendrán moderadas debido al alto nivel de desempleo», señala.
Recuerda, asimismo, que si bien «la tasa de desempleo está disminuyendo», está siendo alta, en torno al 19%. La OCDE llama especialmente la atención en «el elevado desempleo a largo plazo» y en el paro juvenil, que considera «problemas particularmente graves». «Se necesitan políticas activas de mercado de trabajo más eficaces», señala.
Además, recalca que «aumentar el nivel de vida a medio plazo depende del aumento de la productividad mediante una mayor inversión en innovación, el fortalecimiento de las competencias y una competencia más intensa».