Por Cambio16
11/11/2015
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El ‘no’ de los diez diputados de la CUP ha frustrado la investidura de Artur Mas como presidente de la Generalitat en la primera votación, pero el presidente del grupo parlamentario de la izquierda independentista y anticapitalista, Antonio Baños, no ha aclarado qué harán en la votación del jueves.
«Vuelva el jueves», le ha dicho Baños a Mas tras anunciar el ‘no’ de la CUP en la votación, un rechazo que ha justificado con el argumento de que la promesa del presidente de la Generalitat en funciones de transitar «de la autonomía al Estado catalán» en esta legislatura no sonó suficientemente convincente.
Un día después de que JxS y la CUP unieran fuerzas para aprobar en el Parlament una declaración de inicio del proceso hacia la independencia, no hubo acuerdo para proclamar a Mas como presidente, en una votación en la que necesitaba la mayoría absoluta, un mínimo de 68 diputados.
Sólo los 62 diputados de Junts pel Sí (JxS) han votado a favor de Mas, frente a los 73 votos en contra de la oposición en bloque.
Segunda sesión
Mas tendrá otra oportunidad este jueves, en una segunda votación en la que necesitará la mayoría simple para ser investido, por lo que le bastaría que a los 62 votos a favor de JxS se le sumaran al menos dos diputados de la CUP y la abstención de los ocho restantes parlamentarios del grupo.
El martes comenzó con unas declaraciones del diputado de la CUP Benet Salellas en las que sugería el nombre de Raül Romeva como «candidato de consenso» a la investidura.
Pero si el lunes era la vicepresidenta del Govern, Neus Munté, la que pedía a la CUP que «no jugara» con su nombre, el martes Romeva, desde Twitter, se apresuraba a responder a Salellas: «Ningún cambio. No soy candidato. Mi papel es trabajar a favor de un acuerdo».
Fuentes de CDC consultadas por Efe reflexionaban que JxS no puede sacrificar a Mas porque trasladaría un mensaje de estar «a merced» de una CUP que «hostiga constantemente» a los convergentes, lo que haría «ingobernable» la legislatura y llevaría a sectores moderados, que se identifican con el actual president, a «bajarse del tren del proceso».
Sin embargo, fuentes nacionalistas no tiran la toalla y confían en un último movimiento de la CUP que permita la investidura de Mas el jueves, de manera que se evite unas nuevas elecciones en marzo.
En su intervención en el hemiciclo, antes de la primera votación, Baños evitó precisamente cerrar todas las puertas a un acuerdo para el jueves, al no querer ser tajante a la hora de pronunciarse sobre cuál será el sentido del voto de su grupo.
«Mas no saldrá hoy [por ayer] como capitán, pero no dude de que la tripulación la tiene y de que desea seguir navegando», ha subrayado Baños, que no ha sugerido nombres alternativos como Romeva o Munté.
Baños dejó caer que Mas no puede aspirar a un «voto incondicional» de la CUP y le ha reprochado que no se comprometa a «levantar las alfombras» para destapar la «corrupción estructural» en Cataluña.
En la réplica, Mas ha garantizó que su liderazgo no será «personalista», en el que sería su «último mandato» al frente del Govern, y horas antes advirtió de que no está dispuesto a hacer «lo que sea» para ser president porque hay líneas rojas que no está «dispuesto a pasar».
Lo decía en respuesta a la presidenta del grupo parlamentario de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que reclamó un president con las «manos limpias de corrupción» y lanzó un guiño al catalanismo reformista que considera una «locura» el proyecto independentista.
Más cordial en las formas ha sido el cara a cara entre Mas y el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, quien no obstante le advertió de que «su momento político ha pasado».
Por su parte, el presidente del grupo de Catalunya Sí que es Pot, Lluís Rabell, reclamó un Govern que «rescate» a la ciudadanía frente a las políticas «neoliberales» de Mas.
En su turno de intervención, el líder del PPC en el Parlament, Xavier García Albiol, invitó a Mas a «explorar» acuerdos con Ciutadans, PSC e incluso su partido para la gobernabilidad, en lugar de depender de un partido «antisistema y estrafalario» como la CUP.
El último de los portavoces parlamentarios en intervenir fue el presidente del grupo de Junts Pel Sí (JxS), Jordi Turull, que pidió a la CUP que no ofrezca la «cabeza política» de Mas al Estado y levante el «veto» a su investidura.