Diario de campaña | Por Iñigo Aduriz
17/06/2016
La campaña electoral de las elecciones generales del 26 de junio se juega en las principales ciudades y pueblos del Estado por los que cada día se pasean los candidatos de unas y otras formaciones, pero también en Caracas, en Londres, en Bruselas y hasta en Gibraltar. Además del paro, el déficit o las habituales trifulcas entre los partidos, la realidad política y social que se vive fuera de las fronteras españolas ha adquirido protagonismo a lo largo de los últimos meses bien sea por intereses electoralistas o bien porque lo que suceda allí pueda tener repercusiones para el Gobierno que se cree tras los comicios.
Nunca antes la situación de Venezuela había estado tan presente en la política española como en los últimos meses de precampaña, y sigue estándolo durante la recta final hacia el 26J. Las principales razones para que el país suramericano se haya situado en la agenda han tenido que ver con las vinculaciones que se han tratado de hacer entre Podemos y el Gobierno venezolano, llegando incluso a acusar a la formación morada de haber sido financiada por el chavismo. También con la situación social por la que atraviesa el país.
Ambas razones impulsaron, por ejemplo, al presidente de Ciudadanos y candidato a La Moncloa por la formación naranja, Albert Rivera a viajar a Caracas a finales de mayo, a pesar de que, tal y como se conoció después a través de eldiario.es, tanto el Gobierno como el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, le habían aconsejado no ir para no tensionar aún más la relación entre la oposición y el Ejecutivo. Él se erigió allí en defensor de los derechos de los «presos políticos» y también aprovechó para cargar contra Podemos.
De Maduro a Juncker
Venezuela también sigue protagonizando parte de la campaña. El asunto surgió en el debate a cuatro que protagonizaron el lunes los candidatos de los principales partidos políticos cuando el propio Rivera volvió a reprochar a Pablo Iglesias esa supuesta financiación de su partido por parte del Ejecutivo de Nicolás Maduro. También cuando el presidente en funciones, Mariano Rajoy, aseguró que él no quería un modelo de país como el griego o el venezolano.
Las alusiones a Bruselas también son constantes porque son las instituciones comunitarias las que determinarán las capacidades del nuevo Ejecutivo en materia económica y de gasto público. Es especialmente importante lo que ocurra en la ‘capital’ europea sobre todos después de que la Comisión Europea reprochara al Gobierno saliente que no cumpliera en 2015 con el objetivo déficit, y le exigiera al entrante un ajuste de 8.000 millones entre este año y el próximo, que marcará las capacidades de las arcas públicas durante un largo tiempo.
Mientras con motivo de la campaña Rajoy y el PP anunciaban una rebaja de impuestos a través de la reducción del IRPF, El País desvelaba en mayo una carta que el presidente en funciones había enviado al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, prometiéndole nuevos recortes en el caso de que volviera a La Moncloa tras el 26J. «Una vez que haya un nuevo Gobierno, estamos dispuestos a adoptar nuevas medidas», aseguraba en la misiva que suscitó críticas por parte de sus contrincantes políticos de otros partidos.
Las consecuencias del ‘Brexit’
El otro gran punto caliente de la campaña está en el Reino Unido. La consulta sobre la salida del país de la Unión Europea se celebra el próximo jueves, tres días antes de las elecciones españolas, y los resultados se conocerán de forma definitiva en la víspera de la jornada de reflexión. Una posición mayoritaria a favor de la ruptura podría tener consecuencias sin precedentes en los mercados financieros y que estos tuvieran un efecto inmediato de los electores hacia posiciones más conservadoras. También abriría el melón de las consultas y el nuevo Ejecutivo podría tener que enfrentarse a una crisis institucional europea con resultados inpredecibles.
Ligado a este último asunto, la posibilidad del llamado ‘Brexit’, en los últimos días ha vuelto a las portadas el conflicto con Gibraltar, precisamente por la visita anunciada del primer ministro británico, David Cameron, que finalmente no intervino en ningún acto público allí por el asesinato de la diputada laborista Jo Cox en Leeds. Hasta el secretario general de Podemos y candidato a la presidencia del Gobierno, Pablo Iglesias, se pronunció este jueves por el «Gibraltar español», mientras Rajoy aseguraba que no le hacía «gracia» que Cameron viajara al peñón en disputa si bien optaba por no tomar ninguna medida al respecto.