Por Cambio16
09/12/2016
La Asamblea General de la ONU, por decisión unánime, ha adoptado una resolución este viernes que exige el cese inmediato de las hostilidades en Siria y el asedio de Alepo.
Además, ha instado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a tomar medidas que pongan fin al derramamiento de sangre.
La resolución correspondiente fue aprobada este viernes por mayoría. 122 países se pronunciaron a favor de la adopción del documento y 13 en contra, incluyendo Rusia, Venezuela, Bielorrusia, China, Bolivia, Nicaragua, Corea del Norte, Irán y Siria, mientras que otros 36 se abstuvieron.
El impulsor de esta resolución fue Canadá. La iniciativa exige poner fin a los combates en Alepo, así como levantar el bloqueo de las ciudades y permitir acceso a los organismos humanitarios.
El ejército sirio inició una ofensiva en Alepo este viernes con luchas en campo y ataques aéreos en una operación para sacar a todos los rebeldes del este de la ciudad sitiada y darle una victoria al presidente Bashar al-Assad.
«Este es un voto para levantarse y decirle a Rusia y Assad que detengan la carnicería» sentenció la embajadora estadounidense en Naciones Unidas, Samantha Power, antes de la votación.
Rusia es un aliado cercano de Siria y ha estado proporcionando apoyo militar al gobierno desde hace más de un año. El embajador en la ONU de ese país, Vitaly Churkin, dijo a la prensa tras la resolución que «esperar que se va a producir algún tipo de cambio dramático en la situación en Siria (tras el acuerdo) es poco realista»
La resolución de la ONU pide al secretario general de la ONU que informe en 45 días sobre la aplicación de la resolución y de las recomendaciones «para proteger a la población civil».
El embajador de Canadá ante la ONU Marc-André Blanchard reconoció que la resolución no es una solución al conflicto, «pero sí una declaración importante (…) Es un recordatorio de que por encima de todo la vida del pueblo sirio debe ser nuestra prioridad. Ellos son nuestra prioridad y el mundo no va a permanecer en silencio mientras ellos sufren sin ayuda».
La represión por parte de Assad contra los manifestantes pro-democracia en 2011 provocó una guerra civil que los militantes del Estado Islámico han utilizado el caos para tomar todos los territorios en Siria e Irak. Más de 22 millones de personas en Siria han sido forzadas al desplazamiento y hay más de 400.000 muertos.