Por Cambio16 | Efe
18/10/2016
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El presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, ha asegurado que su partido tiene que decidir entre «abstención o elecciones», si bien ha reconocido que esto supone moverse «en el terreno del mal menor», porque «ninguna de las dos soluciones es buena» para los socialistas.
Fernández ha dirigido este mensaje a los diputados y senadores del PSOE durante la reunión del grupo parlamentario en el Senado en vísperas del decisivo Comité Federal en el que se tiene que acordar si facilitar la investidura de Mariano Rajoy o abocar al país a nuevos comicios.
Una reunión en la que la mayoría de diputados y senadores del PSOE que han intervenido se han mostrado a favor de la abstención para facilitar la investidura a Mariano Rajoy y de que se acate la disciplina de voto ante las amenazas del PSC y de otros cargos de romperla. De las 17 intervenciones que ha habido a puerta cerrada, solo tres han defendido que el PSOE mantenga el no a Rajoy, mientras que el resto han abogado por la vía de la abstención con el fin de evitar nuevas elecciones, han informado a EFE diversos parlamentarios que han asistido a la reunión.
La exjueza Margarita Robles, el vasco Odón y el catalán Marc Lamùa han sido los tres diputados que han defendido votar en contra de Rajoy.
Una docena de parlamentarios no han podido intervenir por falta de tiempo, entre los cuales, estaba previsto que lo hicieran algunos afines al dimitido secretario general Pedro Sánchez que insisten en que el PSOE tiene que votar en contra de la reelección de Rajoy, según las fuentes.
Fernández ha hablado de forma expresa de la abstención después de que el PSOE andaluz defendiera abiertamente esta opción por primera vez como vía para desbloquear la formación de gobierno. No obstante y ante la resistencia de quienes defienden el no a Rajoy, el presidente asturiano ha insistido en que «abstenerse no es apoyar» al PP.
A pesar de tener «un proyecto profundamente reaccionario en lo económico, en lo social y en lo fiscal», Fernández ha recordado que el PP ha sido por dos veces la fuerza más votada «por la división de la izquierda y el miedo a la radicalización de esa izquierda», en alusión a lo que ha supuesto Podemos.
Por ello, ha remarcado en que es preciso debatir sobre la abstención «siendo conscientes de que lo más probable es que unas elecciones lo que digan es cómo, cuándo y con cuántos diputados va a gobernar la derecha». «Es lo que hay que discutir sabiendo que nadie tiene la verdad absoluta, ni el monopolio de las buenas intenciones», ha añadido.
Para el presidente de la gestora, la abstención «solo es posible en democracia cuando no hay ninguna alternativa» y asumiendo que si el PSOE hubiera gobernado con Podemos, «sería un cambio» y si se abstiene, «será casta».
Fernández ha lamentado que se tenga que tomar en pocos días una decisión crucial después de que en los últimos tres meses, el PSOE, «en lugar de diálogo», optara por el «mutismo» y por mantener el no que predicaba el dimitido secretario general Pedro Sánchez. De este «silencio mineral», Fernández ha atribuido la responsabilidad a todos los dirigentes del partido, incluido él. «Me siento muy responsable por no encarar el problema y debatirlo con lealtad y sentido crítico. Seguimos con el planteamiento del no es no y fue como si ese debate estuviera prohibido y ahora no podemos cerrarlo en falso», ha reflexionado.
Según Fernández, el PSOE debe afrontar ahora este debate, porque cuando tuvo que hacerlo, no había «ni diagnóstico, ni reflexión, ni carisma».
Por «si alguien piensa en ello», el presidente de la gestora ha reiterado que «no hay alternativa posible» a un gobierno del PP porque Podemos y Ciudadanos se declararon «antagónicos».
También ha vuelto a descartar la posibilidad de que el PSOE pacte con los independentistas ante la «insoportable tensión política y social» que hay entre Cataluña y el resto de España por el desafío soberanista y el planteamiento «insurreccional» de partidos como la antigua Convergencia y ERC.
En su discurso, Fernández ha arremetido contra el PP, «el adversario natural» del PSOE, al que ha definido como «un partido correoso y muy roqueño» por haber logrado ganar las dos elecciones a pesar de haber «un contexto de hegemonía política de la izquierda».
Ha atribuido el éxito del PP a que ha sido capaz de «inyectar miedo oficial y de diseño, hecho a medida para luego presentarse ante los miedosos como la única fuerza capaz de parar la amenaza». Además, ha censurado a Rajoy por «parecer ajeno y distante a la cadena de corrupción» que afecta a su partido.