Por Iñigo Aduriz
08/12/2015
- Así preparan un debate Sáenz de Santamaría, Sánchez, Rivera e Iglesias
- La ‘Operación Menina’ o la teoría que dice que Ciudadanos y PP harán a Soraya presidenta
- Rajoy cuela a Adolfo Suárez en la campaña de los pactos
- Las diez claves de la campaña
- PP y PSOE apelan al voto útil frente a Podemos y Ciudadanos, que piden renovación
- CIS: El PP ganaría al PSOE por ocho puntos y Ciudadanos pugna por el segundo puesto
La política interesa, y mucho. Más de nueve millones de españoles siguieron este lunes el debate a cuatro organizado por Atresmedia y que enfrentó a los candidatos a la presidencia del Gobierno Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias, y a la vicepresidenta y número dos del PP por Madrid, Soraya Sáenz de Santamaría.
Eso supone que el 48% de los ciudadanos que veían la televisión en ese momento, casi uno de cada dos, optaron por seguir de cerca el que sus impulsores consideraron el cara a cara «decisivo«.
El acontecimiento trascendió fronteras, y no sólo porque intentaran seguirlo muchos de los miles de emigrados españoles a otros países. El retorcido y despiadado político estadounidense Frank Underwood, personaje de ficción protagonista de la exitosa serie de Netflix House of Cards al que encarna el actor Kevin Spacey, observó atentamente lo que ocurría en el plató entre los representantes de PSOE, Ciudadanos, Podemos y PP, y también hizo gala de su habitual sarcasmo comentándolo en twitter.
Que empiece la carnicería. @Sorayapp @Albert_Rivera @Pablo_Iglesias_ @sanchezcastejon #7dElDebateDecisivo pic.twitter.com/YX3BQvhqS2
— House of Cards (@HouseofCards) diciembre 7, 2015
Eso es lo que insinuó la cuenta oficial de la serie norteamericana, que acaba de estrenar su cuarta temporada. Causando la sorpresa en los internautas, que no tardaron en interactuar con ella, optó por colarse en el cara a cara aportando el afilado punto de vista de su protagonista y empleando su característica forma de hablar. «Que empiece la carnicería», decía nada más comenzar el debate que condujeron los periodistas Ana Pastor y Vicente Vallés. A lo largo de la noche, publicó sus opiniones acerca de todos los participantes en el debate, e incluso de quien no quiso asistir. «@marianorajoy aquí sí estás dando guerra. Gran partida», le decía al presidente del Gobierno y candidato a la reelección del PP, acompañándolo de un vídeo en el que se ve al propio Underwood jugando a un videojuego. Al candidato de Podemos, Pablo Iglesias, le lanzaba más un consejo que un juicio de valor. «Saluda con tu mano derecha pero no olvides guardar una piedra en la izquierda», le decía. «No sé si sentirme orgulloso o aterrorizado de ti. Quizás, de las dos maneras», añadía en referencia a Albert Rivera.
@Sorayapp @Albert_Rivera @Pablo_Iglesias_ @SanchezCastejon Que las circunstancias no cambien vuestras promesas. pic.twitter.com/zZ1FnPvEiI
— House of Cards (@HouseofCards) diciembre 7, 2015
El precio de la presidencia
A Pedro Sánchez, cabeza de lista del PSOE, le dedicaba un «veamos si te quedas con el rebaño o te unes a la jauría». Y a Sáenz de Santamaría: «Hay dos tipos de vicepresidentes, lo que se dejan pisotear y los que pisotean. Tú pareces de los últimos». A todos ellos les advertía de que «el precio de la presidencia es la soledad». «¿Podréis pagarlo?», les preguntaba.
La resaca del debate ha marcado este martes festivo la campaña electoral que cumplía su quinto día. La mayoría de analistas han coincidido en señalar que Iglesias y Sáenz de Santamaría fueron los mejor parados, mientras Sánchez y Rivera no tuvieron su mejor noche, al manifestarse con más dudas y más nerviosos que los otros dos. Pero, ya metidos en campaña, ninguno ha querido hacer este martes un ápice de autocrítica.
El gran ausente del debate, Mariano Rajoy, trataba de sacar provecho de lo ocurrido ayer para arremeter contra el PSOE por sus trifulcas internas. «Tienen que estar una etapa tranquilos, organizándose bien», aseguraba desde Sevilla.
Sánchez, ¿fuera de juego?
Iglesias y Rivera, conscientes ambos de que sólo podrán ganar el día 20 si consiguen convencer para su causa a votantes socialistas desencantados, coincidían este martes en tratar de situar a Sánchez fuera de juego, y se volvían a presentar como los representantes de la nueva política que, a su juicio, necesita España.
A pesar de ello, desde el PSOE se consideraban este martes como los ganadores del debate. Argumentaban que el propio Sánchez fue recibido con aplausos en Ferraz, cuando llegó tras finalizar el cara a cara. “Quedó claro para la mayoría de españoles que quiere cambiar y no quiere cuatro años más de Rajoy al frente de La Moncloa, que la única garantía de cambio es el Partido Socialista Obrero Español», afirmaba el líder del partido desde A Coruña.
Lo mismo opinaban en el PP respecto a su candidata, Sáenz de Santamaría, a pesar de que esta fue vapuleada por sus contrincantes por los casos de corrupción que afectan a los populares. Como suele ocurrir tras las elecciones, todos fueron perdedores para el resto y ganadores para ellos mismos.