Por Cambio16
13/06/2017
El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, afirmó que «nunca» se ha reunido con ningún funcionario del Gobierno ruso con el objetivo de influir en las elecciones presidenciales de 2016.
«Nunca me he reunido ni he tenido ninguna conversación con ningún funcionario ruso o con ningún funcionario de ningún Gobierno extranjero para influir en las elecciones de Estados Unidos«, afirmó Sessions ante el Comité de Inteligencia del Senado, encargado de investigar la supuesta injerencia rusa en los comicios.
Sessions, ha tildado de «horrible y detestable» la idea de que hubiera una presunta colusión con Rusia durante las elecciones presidenciales norteamericanas del pasado noviembre.
Durante su testimonio ha declarado que cualquier sugerencia de que haya participado o haya sido consciente de alguna colusión entre los integrantes de la campaña electoral de Donald Trump y el Gobierno de Rusia para socavar el proceso democrático estadounidense «es una mentira detestable».
El procurador general norteamericano también ha negado que mantuviera ninguna conversación privada con funcionarios rusos durante un evento que tuvo lugar en el Hotel Mayflower de Washington en abril de 2016. Con esas palabras, ha descartado que se reuniera con el embajador de Rusia en EEUU, Serguéi Kisliak: «Si se produjo alguna interacción breve, no lo recuerdo», ha indicado Sessions.
El caso Comey
Consultado en relación a los datos aseverados por el ex director del FBI James Comey en su reciente comparescencia, Sessions apuntó que desconoce si el presidente del país, Donald Trump, grabó en «cintas» las conversaciones privadas que mantuvo en la Casa Blanca con el exdirector del Buró.
En una audiencia en el Comité Judicial del Senado, el senador Marco Rubio preguntó a Sessions si sabe de la existencia de las grabaciones que Trump mencionó por primera vez en Twitter tras el despido por sorpresa el 9 de mayo de Comey, encargado entonces de la investigación sobre la supuesta injerencia de Rusia en los comicios de 2016 y los posibles lazos de la campaña de Trump con el Kremlin.
Sessions dijo que no sabe si esas grabaciones existen, pero aseguró que, de existir, «probablemente» la Casa Blanca tendría el deber de preservarlas y no podría destruirlas.
El 12 de mayo, después de despedir a Comey, Trump amenazó en Twitter con hacer públicas unas «cintas» sobre sus conversaciones con Comey.
Ese tuit llevó a Comey, según narró éste la semana pasada en el Comité de Inteligencia del Senado, a filtrar el contenido de las anotaciones que tomó de varios encuentros personales o por teléfono con Trump hasta el 11 de abril para que, en caso de que se conocieran grabaciones, su versión de los hechos quedara corroborada.
Comey describió esos encuentros como «preocupantes» debido a las peticiones de Trump, que supuestamente le exigió «lealtad».
En una rueda de prensa el 9 de junio, Trump evitó responder a la pregunta de si realmente tiene grabaciones de sus conversaciones con Comey, y dijo que aclarará ese punto «en un periodo muy corto de tiempo» y que la respuesta podría «decepcionar» a los periodistas.
Los líderes del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EEUU han pedido a la Casa Blanca que les entregue en un plazo de dos semanas cualquier «cinta» o grabación que pueda existir de los contactos entre Trump y Comey.