Por Iñigo Aduriz
19/07/2016
Tiene 59 años, de los que cerca de 20 los ha pasado en la política, fue una de las más firmes luchadoras contra el matrimonio entre personas del mismo sexo –llegó a asistir a la manifestación organizada por el Foro de la Familia en 2005– y lleva sobre sus espaldas el haber sido la máxima responsable de Fomento cuando en 2013 un tren Alvia descarrilaba en la curva de Angrois, al poco de llegar a la estación de Santiago de Compostela, causando la muerte a 80 personas. Con ese perfil, Ana Pastor se ha convertido en el rostro de la renovación del Congreso de los Diputados de la XII Legislatura, tan sólo seis meses después de que se conformara el de la XI. Ha logrado 169 votos a favor, frente a los 155 que ha obtenido el socialista Patxi López.
La aún ministra ha llegado a la Presidencia de la sede del poder legislativo este martes, con la anunciada y visible connivencia entre PP y Ciudadanos, y también con la simpatía creciente que se va vislumbrando entre los populares y los nacionalistas tanto de PNV como de la antigua Convergència. Y es que la constitución de Las Cortes que se ha producido este martes por la mañana ya ha dado pistas, por fin, de que existen movimientos para que, en las próximas semanas, Mariano Rajoy se convierta de nuevo en presidente del Gobierno.
El saludo afectuoso entre el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y Ana Pastor, ha sido sólo el primer resultado de unas negociaciones que se prolongaron hasta la tarde del lunes pero que han permitido dejar clara la nueva sintonía que existe entre el PP y la formación naranja después de las desavenencias de la anterior legislatura originadas por el acuerdo alcanzado por los de Rivera con el PSOE de Pedro Sánchez con el objetivo de que este último se convirtiera en presidente. Además de la elección de la ministra, ese nuevo pacto ha quedado reflejado en la elección de Ignacio Prendes, de Ciudadanos, como vicepresidente primero de la cámara.
Mientras tanto, la izquierda no ha conseguido sumar a los nacionalistas a su bando. Quizá esperando a negociaciones futuras, en respuesta a gestos de los populares –por ejemplo, el PP ha dado al PNV un puesto en la mesa del Senado– o porque entiendan que el asunto no iba con ellos, tanto los del partido de Urkullu como los convergentes catalanes se han abstenido en la elección de la presidenta del Congreso, impidiendo que el otro candidato alternativo, el socialista Patxi López, pudiera repetir su cargo al frente de la institución. A favor del exlehendakari sí han votado los diputados de Podemos y de sus confluencias, con la excepción de uno que aún no ha sido identificado.
Los nacionalistas se saben decisivos, algo que se refelejaba en el rostro del portavoz de CDC, Francesc Homs, exultante a su llegada al hemiciclo rodeado en todo momento de un corrillo de periodistas. Él se ha presentado como candidato de su partido a la Presidencia del Congreso y, hasta la votación, en ningún caso ha especificado si apoyaría a Pastor o si se abstendría. Finalmente ha sucedido lo segundo.También se han abstenido otras fuerzas independentistas como ERC o EH Bildu. No así en la elección de la composición de la mesa, cuando al menos 10 parlamentarios nacionalistas han respaldado las propuestas del PP, tal y como ha denunciado después el portavoz socialista Antonio Hernando.
Las reivindicaciones han vuelto este martes a la sede del poder popular, si bien la sesión de este 19 de julio ha sido menos bronca que la que tuvo lugar a principios de enero para la conformación del Congreso de la XII legislatura. Los diputados de Podemos y de sus confluencias han utilizado sus propias fórmulas, utilizando para ello cada uno su propia lengua en función de sus diferentes comunidades autónomas, y asegurando que cambiarán la Constitución en el caso de que se pueda a lo largo de la legislatura. «Prometo acatar la Constitución para cambiarla. Nunca más un país sin su gente», ha dicho Pablo Iglesias.
Por los «derechos del pueblo de Andalucía» se ha pronunciado, por ejemplo, el diputado por Jaén y líder sindical Diego Cañamero, que ha portado durante toda la sesión una camiseta en la que se podía leer una petición de libertad de su compañero de sindicato Andrés Bódalo, encarcelado por una agresión a un miembro del PSOE. También han portado camisetas reivindicativas los diputados de Compromís, con el propio Joan Baldoví a la cabeza –que ha mantenido una larga conversación con Ana Pastor en el escaño de ésta– en defensa de un Ejecutivo de izquierda. «No nos resignemos. Otro Gobierno es posible», decían las prendas.
Pero el momento más tenso de la sesión ha tenido lugar en cuanto la presidenta de la mesa de edad ha leído el resultado de la votación para elegir a la presidenta de la cámara. En cuanto Pastor ha sido elegida y tras los aplausos que en pie le han dedicado los diputados del PP –y también los de Ciudadanos– un joven ha irrumpido a gritos diciendo: «¡Ana Pastor insolidaria con las víctimas del Alvia! ¡Dimisión!». También ha arrojado varias octavillas que han caído encima de los diputados de Podemos. Inmediatamente ha sido expulsado del hemiciclo. Se trataba de Víctor, uno de los integrantes de la Plataforma Víctimas Alvia.
La mañana ha estado, por lo demás, marcada por los rostros de cansancio de diputados, periodistas y trabajadores del Congreso tras siete largos meses de negociaciones para la formación de un nuevo Ejecutivo. Los más ilusionados eran los parlamentarios que estrenaban condición este martes, entre ellos el propio Cañamero, Mari Mar Blanco (PP), hermana de Miguel Ángel Blanco o el presentador y humorista Félix Álvarez, Felisuco. Durante su discurso ante el pleno Ana Pastor ha reivindicado la «estabilidad» el diálogo y el consenso, en la misma línea de Rajoy, que tras la sesión ha insistido en que «no tiene ningún sentido prolongar» el tiempo sin Gobierno.