Por Iñigo Aduriz
26/06/2016
«Con todo, somos la primera fuerza política de la izquierda», aseguraba este domingo el candidato a la Presidencia del Gobierno del PSOE, Pedro Sánchez, ante las decenas de personas que le han arropado en Ferraz en la noche electoral. Con ese «con todo» el máximo dirigente socialista se refería a varias cosas: A las encuestas que les situaban en tercera posición y que no han acertado; y a la pérdida del número de votos (que no de porcentaje) y de escaños respecto a las elecciones de diciembre. Pero lo cierto es que el PSOE, con todo en contra, ha evitado el temido ‘sorpasso’ por parte de la coalición Unidos-Podemos, y lo ha hecho con claridad: un punto de diferencia y 14 diputados.
No había euforia este domingo en la sede federal de los socialistas. Había alivio, pero también preocupación por el triunfo contundente del PP que el propio Sánchez ha reconocido nada más iniciar su intervención ante la militancia. Trabajadores de Ferraz trataban de apaciguar a los simpatizantes que, nada más aparecer Sánchez en la sala Ramón Rubial, le han recibido a gritos de «presidente, presidente», conscientes de que esta vez será más difícil que su líder pueda llevar la iniciativa en la formación del nuevo Ejecutivo.
En Ferraz tienen claro de quién es la responsabilidad de lo que ha sucedido este domingo y de que el panorama se haya quedado prácticamente igual en el fondo, aunque el PP haya conseguido incluso mejorar sus resultados respecto al 20D a pesar de la corrupción, del déficit, del incumplimiento de sus promesas sobre el empleo y, más recientemente, de las grabaciones al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Y todos sus focos se centran en la estrategia que ha seguido Podemos y, en concreto, su líder, Pablo Iglesias, a lo largo de la fallida XI Legislatura.
«Iglesias lo tuvo en su mano»
«Espero que el señor Iglesias reflexione sobre estos resultados», ha dicho Sánchez. «Tuvo la oportunidad de votar a un Gobierno progresista liderado por el PSOE, tuvo en su mano poner fin al Gobierno de Mariano Rajoy que tanto daño ha hecho a la clase trabajadora con sus políticas, pero la intransigencia y el interés personal por encima del interés de la izquierda han provocado la mejora de los resultados electorales de la derecha«, lamentaba. Daba a entender que a pesar de que ya ha manifestado su voluntad de tratar de formar un Ejecutivo si vuelve a rechazarlo Rajoy, será de nuevo más que complicado pactar con la coalición que ha dinamitado las opciones de la izquierda.
«El PSOE ha vuelto a consolidar su condición de partido hegemónico de la izquierda», insistía Sánchez, que a pesar de lo positivo del mensaje en su rostro no ocultaba su desazón. Para empezar, porque la suya no ha conseguido ser la fuerza más votada en ninguna comunidad autónoma. Ni siquiera en Andalucía o Extremadura, feudos tradicionales de los socialistas, han conseguido esa primera posición. Tan sólo han sido los más votados en tres provincias también tradicionales: Huelva, Sevilla y Jaén. El resto de España se ha vuelto a teñir de azul PP excepto en el caso de Euskadi y Cataluña, donde Unidos Podemos ha mantenido su hegemonía.
Sánchez gana tiempo
Por eso es cierto que Pedro Sánchez ha ganado tiempo. No dimitirá ni esta noche ni en la próxima semana como se auguraba en el caso de que se hubiera producido el sorpasso. La Ejecutiva de este lunes, que se reunirá a partir de las 11:00 horas, no será tan bronca como se esperaba y nadie se atreverá a pedir allí la cabeza del líder socialista que ya ha dicho que se presentará al próximo Congreso federal aún sin fecha cerrada. Tampoco sale especialmente reforzada de la cita con las urnas la principal rival del secretario general, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Allí el PP ha ganado al PSOE en votos y en escaños.
Pero como ya esta misma noche apuntaban algunos dirigentes regionales críticos con la gestión de Sánchez, el PSOE «necesita de manera urgente nuevas personas, nuevas formas y nuevos mensajes». Las voces internas que exigen que se escoja a un nuevo líder no las conseguirá acallar el resultado del 26J a pesar de que haya sido mejor de lo esperado. Porque sigue siendo malo, muy malo. Otro factor a tener en cuenta es que, esta vez sí, quien fuera el principal rival de Sánchez en las primarias de 2014, Eduardo Madina, ha conseguido su escaño por Madrid y formará parte del nuevo Congreso de los Diputados. Ya hay quien insinúa que un sector podría verlo de nuevo con buenos ojos para que sea quien devuelva la ilusión a los socialistas.