Por Mai Montero / Fotos: REUTERS
Desde mes de mayo, el Estado Islámico tiene tomada la ciudad de Palmira, situada en la provincia de Homs y cuyas ruinas grecorromanas están consideradas Patrimonio de la Humanidad.
La localidad ha sido escenario de varios asesinatos a manos de los radicales. El último ha sido el del antiguo responsable de la Dirección General de Antigüedades y Museos en Palmira Jaled al Asad en una plaza pública de esta localidad siria. El arqueólogo fue degollado ante una multitud tras estar un mes de cautiverio.
Entre los asesinatos que ha perpetrado la organización destaca el que llevaron a cabo veinticinco menores de edad, reclutados por el EI, los cuales mataron a tiros a ese mismo número de efectivos gubernamentales.
Palmira fue en los siglos I y II d.C. uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria.
Antes del inicio de la contienda, en marzo de 2011, sus ruinas eran una de las principales atracciones turísticas del país árabe y de la región. Ahora, se teme por su conservación.
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