Por Iñigo Aduriz
27/02/2017
Lleva meses, incluso años, amagando con dar el paso a Madrid y hacerse con las riendas del PSOE a nivel estatal. Pero cuando quedan menos de dos meses para que el partido inicie su proceso de primarias para elegir a su nuevo líder, quienes apuestan por ella siguen a la espera. Díaz no acaba de aclarar si luchará por encabezar a los socialistas enfrentándose a quienes sí se han postulado ya, como Patxi López y Pedro Sánchez.
Pero el escenario se le complica a la andaluza. El golpe de autoridad que dio el pasado 1 de octubre y que fulminó a Sánchez de la Secretaría General del partido, ha supuesto un varapalo para la imagen de Díaz tanto para gran parte de la militancia del partido como para el propio electorado.
Un sondeo hecho público este lunes por el ABC de Sevilla y que ha sido encargado por el PP, asegura que los populares y Ciudadanos podrían alcanzar la mayoría absoluta en el Parlamento de Andalucía en el caso de que se celebrasen ahora las elecciones autonómicas.
Según esa encuesta, la candidatura de Juanma Moreno (PP) conseguiría entre 39 y 40 escaños y un 31,7% de los votos, lo que supone un incremento de entre 6 y 7 diputados autonómicos respecto a los últimos comicios. En cambio, Susana Díaz, obtendría entre 38 y 39 representantes en la Cámara y un 30,9% de papeletas.
Y siempre utilizando como base el análisis del resultado de las encuestas, Díaz también lo tendría complicado en el caso de que decidiera finalmente optar a la Secretaría General del partido. Sucesivos sondeos hechos públicos por diferentes medios sitúan a Pedro Sánchez como el candidato con más opciones para liderar el PSOE. Le seguirían Patxi López y, en tercer lugar, la presidenta andaluza.
Pero, sobre todo, lo que más daño puede hacer a la dirigente socialista en el proceso interno es que las encuestas la presenten como la favorita del electorado de la derecha. Los votantes del PP la prefieren a ella, frente a los de izquierdas que optan principalmente por Sánchez, seguido de López.
Es especialmente significativo este dato teniendo en cuenta que, tal y como aprobaron los órganos del partido, el nuevo líder del PSOE se escogerá a través del voto de la militancia que, en el caso de la socialista, siempre suele situarse e identificarse más a la izquierda que sus cuadros dirigentes.
Si bien Díaz sigue contando con el apoyo mayoritario de los afiliados andaluces, los más numerosos de todo el Estado, es más que probable que le resulte difícil contar también con el de las otras federaciones, sobre todo con el de las más proclives a los acuerdos con la izquierda (Euskadi, Baleares e incluso el PSC).
Este escenario por el momento demoscópico, augura pues un futuro más que complicado para la presidenta andaluza, que ya no puede descartar perder tanto la Junta en las próximas elecciones, como el liderazgo del partido si finalmente se decide a probar suerte en Ferraz.