Por Juan E. Ballesteros
21/3/2017
El ministerio fiscal ha retirado la acusación de abusos sexuales que pesaba sobre el padre Román Martínez, único procesado en el sumario del caso conocido como Los Romanones, y ha pedido su absolución al entender que la acusación del joven, que era menor de edad cuando ocurrieron los hechos, entre los años 2004 y 2007, que dijo haber sufrido abusos y acceso carnal por parte del sacerdote, no se sostenía a tenor de los informes forenses que califican su testimonio mediatizado por la depresión y la ansiedad, además de cierta afectación en el terreno sexual.
El caso provocó incluso la intervención directa del papa Francisco en el verano de 2014, después de que el joven escribiese una carta al Vaticano contando su odisea y los abusos de que había sido objeto en el seno del clan de Los Romanones, uns hechos por lo que el obispo de Granada pidió perdón en un acto religioso público.
El fiscal, que pedía una pena de nueve años de prisión, retiró la acusación tras las numerosas contradicciones en las que incurrió el denunciante durante la vista oral. Solo la acusación particular ha mantenido la petición de 26 años de prisión.
Las psicólogas que avalaron el peritaje del Instituto de Medicina Legal de Pamplona en fase de instrucción no apreciaron en el denunciante ningún trastorno de estrés postraumático, pero sí aludieron a una afectación sexual en el ámbito religioso sostenida por la ambivalencia entre sus creencias y la desconfianza que los supuestos abusos ocasionaron en él.
Entre sus conclusiones aluden a un sintomatología de ansiedad y depresión leve en el joven; además de a una afectación sexual vinculada con las dificultades que presentaría para afrontar con normalidad la sexualidad con sus parejas y ante la aparición de «dudas y malestar» después de mantener relaciones íntimas. El sac erdote siempre ha negado la existencia de tales abusos,