Por Enrique Rubio | Efe
26/07/2016
El terrorismo yihadista del Estado Islámico (EI) ha vuelto a golpear Francia, doce días después de la masacre de Niza, con el asesinato de un octogenario sacerdote en una iglesia de Normandía (noroeste) en la que dos hombres habían tomado cinco rehenes.
Poco antes de las 09.45 hora local (07.45 GMT), dos individuos armados con cuchillos irrumpieron en la iglesia de Saint Etienne du Rouvray, en la periferia de Ruán, cuando se celebraba misa y se encerraron en ella con cinco rehenes: el cura, dos monjas y dos fieles.
Una tercera religiosa, la hermana Danielle, logró huir del templo sin que los terroristas se percatasen.
Alrededor de una hora después del inicio del secuestro, los dos autores salieron de la iglesia por razones que todavía se desconocen y fueron abatidos por disparos de la Brigada de Investigación e Intervención (BRI) de la Policía, por temor a que pudieran haber preparado explosivos.
Los hombres gritaron «Alahu akbar» («Dios es el más grande») al salir del templo, revelaron testigos de los hechos, y la organización yihadista Estado Islámico (EI), a través de su agencia Amaq, reconoció a ambos como «soldados» a sus órdenes.
La religiosa que consiguió huir explicó a la emisora de radio RMC cómo los criminales ordenaron a los presentes agruparse en torno al altar, sin atender a sus súplicas.
Los dos hombres forzaron al sacerdote, Jacques Hamel, de 84 años y auxiliar de la parroquia, a arrodillarse, y cuando este intentó defenderse «allí comenzó el drama», relató la monja.
«Se grabaron en vídeo. Dieron una especie de sermón en torno al altar en árabe. Fue horroroso», dijo Danielle, quien pudo huir en el momento en que los hombres atacaban al sacerdote, tras lo cual alertó en el exterior a una persona que circulaba en coche.
Otro de los fieles presentes resultó herido de gravedad y se halla «entre la vida y la muerte», según las autoridades.
Se trata de la primera vez que un sacerdote es asesinado en Francia por terroristas, aunque en los últimos años se han frustrado varios planes de ataques sobre iglesias.
Hasta el momento no se conocen las identidades de los autores del crimen, aunque, según las filtraciones publicadas por los medios franceses, uno de ellos estaba fichado por la policía por radicalización y llevaba un brazalete electrónico para tenerlo controlado.
Según dijo una fuente judicial a la emisora France Info, el hombre tenía permiso para salir de casa de sus padres, donde residía, entre las 8.30 y las 12.30.
El terrorista, que murió abatido junto a su compañero, había sido encarcelado en prisión preventiva en 2015, cuando fue abortado en Turquía su intento de unirse al Estado Islámico en Siria.
Sin embargo, el pasado marzo quedó libre, controlado desde entonces por el brazalete electrónico, agregó la fuente.
Al menos una persona, que según los medios franceses podría ser un menor, ha sido detenida por su presunta relación con uno de los detenidos, mientras que dos domicilios del municipio fueron registrados.
En un desplazamiento a la localidad, muy próxima a su ciudad natal, Ruán, el presidente francés, François Hollande, lamentó el «cobarde asesinato» de Hamel, perpetrado por «dos terroristas que reivindicaron ser del EI».
Hollande recordó que la amenaza «sigue siendo muy elevada», porque su país está ante una organización que le ha declarado una «guerra que hay que librar por todos los medios, pero respetando las leyes».
«Lo que quieren hacer estos terroristas es dividirnos», dijo, antes de recordar que, junto a Francia, países como Alemania u otros también están amenazados.
El presidente se reunió con su primer ministro, Manuel Valls, y sus titulares de Justicia e Interior en el Palacio del Elíseo a su vuelta a París y este miércoles por la mañana volverá a hacerlo en un Consejo restringido de Defensa.
Hollande habló con el papa Francisco para expresarle «el dolor del pueblo francés» por el asesinato del sacerdote y le aseguró que «se hará todo por proteger las iglesias y lugares de culto» en el país.