Por Iñigo Aduriz
21/05/2017
Susana Díaz, Pedro Sánchez o Patxi López. Uno de los tres se convertirá este domingo en el nuevo secretario general del PSOE. Será el líder de un partido que, desde 2012 no levanta cabeza en el plano electoral y que atraviesa por una de las más graves crisis internas de su historia. La formación vuelve a estar polarizada y ha recuperado, en los últimos meses, el esquema de las familias que parecía olvidado desde el fin del guerrismo y el felipismo.
«Ningún partido hace un proceso de estas características de manera tan abierta, tan transparente y tan participativa«, aseguraba el viernes Mario Jiménez, el portavoz de la Gestora que se ha hecho cargo de la dirección de los socialistas desde octubre. Y tampoco ninguno ha vivido recientemente el clima de tensión y de ruptura que padeció el PSOE en el fatídico Comité Federal del 1 de octubre, y que amenaza con romperlo a partir de mañana si el vencedor de las primarias no se pone ya en marcha para coser las heridas abiertas.
El de la integración es el gran reto al que se enfrenta el nuevo líder de un partido que ha gobernado España durante más de 20 años. Es el principal cometido del secretario general pero también de quienes pierdan. Y es que ya hay quien desde los grupos de apoyo de Díaz y Sánchez, asegura que se marchará si no resulta vencedor su aspirante favorito.
Como ocurriera hace ya décadas con la pelea entre Indalecio Prieto y Largo Caballero y, después, en el congreso de Suresnes en el que resultó vencedor el grupo Felipe González, la lucha interna se ha convertido ahora también en contienda ideológica y de modelo de partido. Por eso el riesgo de cisma interno es más temido que nunca por distintos miembros de la formación.
La pugna está, principalmente, entre los partidarios de Susana Díaz, considerados más centristas por su beneplácito a llegar a acuerdos con el centro derecha y que abogan por una concepción más clásica del partido, y los de Pedro Sánchez, el exdirigente que tras haber estado al mando del PSOE durante más de dos años aboga ahora por una línea más dura, proclive a buscar acuerdos solo por la izquierda y tendente a un modelo de formación más asambleario. En medio de ambos, tratando de apaciguar los ánimos, se sitúa Patxi López, que se ha limitado a hacer de la unidad su bandera para las primarias.
La decisión está en manos de 187.949 militantes socialistas que están llamados a participar en la elección de la persona que dirigirá el partido los próximos años. El PSOE ha habilitado 2.907 centros de votación entre la península, islas y ciudades autónomas. También habrá seis sedes en Europa y 11 en América. En concreto, en el exterior se establecerán centros de votación en Bruselas, París, Berlín, Londres, Ginebra, Lausanne, Santiago de Chile, Bogotá, México D.F., Guadalajara (Mx), Panamá, Lima, Montevideo, Caracas, Buenos Aires, Rosario (Arg.) y Santo Domingo.
Según han señalado desde el partido, a cada agrupación se le ha facilitado el material para poder desarrollar la jornada de votación: urnas, precintos, papeletas, sobres, listado de votación, modelos de acta, etc. Y en los centros se habilitará además una cabina o habitación separada para garantizar el ejercicio secreto del voto, algo que preocupa especialmente a los partidarios de Pedro Sánchez, que han mostrado su temor a que los de Susana Díaz coaccionen a los afiliados.
Se puede votar desde las 10:00 horas de la mañana hsta las ocho de la tarde, excepto en Canarias y América, donde el cierre tendrá lugar a las 21:00 hora peninsular. Desde la sede socialista de Ferraz se ofrecerá un avance de participación a partir de las tres de la tarde, y se irán volcando los resultados en la página web del PSOE a partir de las nueve de la noche.