Por Charo Sardina
En los últimos años la industria del automóvil ha evolucionado tanto que los vehículos de hoy en día aglutinan en sus pocos metros cúbicos un compendio de tecnología que es difícil de encontrar en cualquier otro aspecto de nuestra vida cotidiana.
Esta tecnología no está sólo al servicio de las prestaciones mecánicas de los coches, sino que se orienta al confort de a bordo, a la seguridad de los ocupantes y al entretenimiento de los pasajeros. Con los adelantos se persigue que el automóvil sea una prolongación de nuestra propia casa, un espacio donde la comodidad, la seguridad y el entretenimiento estén garantizados.
AVANCES TECNOLÓGICOS (pulsa sobre las imágene para leer la información):
En la mayoría de los modelos ya encontramos sistemas que a través de cámaras, radares o sensores detectan todo lo que sucede alrededor del coche y ofrecen soluciones.
De esta manera, la ficción de la serie televisiva El coche fantástico cada vez está más cerca. Marcas como BMW ya trabajan en un sistema con el que se podrán dar órdenes a nuestro coche a través de un smartwatch, permitiendo que se aparque por sí solo sin ninguna intervención del conductor o que salga del garaje y venga a recogernos. En realidad, para esto aún queda, pero ya podemos manejar a distancia algunos parámetros de nuestro coche y a través del smartphone, como poner la calefacción o el aire acondicionado, consultar el consumo, activar la alarma, hacer un chequeo de averías… Muy pronto podremos utilizar estos dos dispositivos para olvidarnos de la llave para siempre.
Desde Japón, de la mano del fabricante Subaru, llega una práctica innovación que permite al conductor dejar la llave dentro del coche y las puertas cerradas para, por ejemplo, no perderla en la playa. ¿Y cómo abrimos el coche? Muy sencillo, mediante un código que se introduce en la apertura del maletero. Por supuesto, sin ese código el coche no arranca.
Que la tapa del maletero se abra con un gesto del pie también es bastante común, así como que se aparquen solos con una mínima intervención del conductor. Pero lo que no es tan corriente es la conducción autónoma en atascos.
Este sistema, que ya lo equipan algunos automóviles premium, ofrece la posibilidad de que el conductor se desentienda del volante y los pedales ya que, mediante un equipo de cámaras y láser, su coche sigue al que le precede, controla la dirección, frena y acelera por sí solo según sea el flujo del tráfico, mientras el conductor lo único que tiene que hacer es poner las manos en el volante para que el automóvil sepa que no se ha dormido.
Para evitar rendirse a los encantos de Morfeo, la mayoría de los coches de alta gama ya ofrecen el control de cansancio que detecta cuándo tiene que parar el conductor ya que deja de presionar el volante. El siguiente paso en el que se está trabajando analiza las expresiones del piloto y los movimientos de los ojos y el rostro -incluso con gafas de sol- mediante unos sensores instalados en el salpicadero que determinan si debe parar a descansar.
La tecnología avanza con pasos de gigante. El catálogo de ayudas a la conducción se amplía continuamente. Jaguar Land Rover está trabajando en dos innovaciones muy interesantes. Por un lado, un parabrisas en el que estará disponible toda la información que precise el conductor, desde los datos de la conducción como la velocidad, las señales o el consumo… Hasta la información que nos ofrezca el navegador, con gráficos y situaciones casi reales, como nuestro coche proyectado en el cristal delantero e indicándonos el camino que hay que seguir. Es algo parecido a lo que ahora nos ofrece el Head Up (pantalla de visualización frontal), muy popular en los coches nuevos, pero que usará toda la superficie del cristal delantero.
La segunda innovación en la que trabaja la marca británica es la de la carrocería transparente, para mejorar la visibilidad. Gracias a un sistema de cámaras, el conductor podrá ver lo que hay en los ángulos que nos tapan los montantes, pilares o capó, tanto delante como detrás. Será muy útil en el tráfico urbano, para ver ciclistas, motoristas, peatones y obstáculos con más claridad.
También para mejorar la visibilidad, los vehículos de alta gama ofrecen la cámara de visión nocturna. Este sistema funciona con infrarrojos y el conductor puede ver en una pantalla instalada delante de él los obstáculos que hay delante del coche y que puede que a simple vista no perciba. Puede ser capaz de distinguir si lo que hay delante es un peatón, ciclista, animal o un obstáculo inanimado.
Otros avances
La iluminación es otro campo que ha evolucionado mucho. Ya empieza a ofrecerse un sistema que no tiene luces cortas ni largas. Simplemente, el automóvil incorpora una luz única que, cuando se cruza otro coche o detecta un vehículo delante, reduce automáticamente la parte del haz luminoso que puede molestar a los otros usuarios. Esto se consigue mediante luces LED o, en un paso posterior, utilizando luces láser.
Otra innovación que mejora la seguridad consiste en un sistema que va leyendo el estado de la carretera con la suficiente antelación para adaptar las suspensiones del vehículo y permitir que el viaje sea más confortable para los pasajeros. Esta tecnología ya es un hecho en el Mercedes Clase S, por ejemplo.
Algo más simple, pero también que redunda en beneficio del confort de los ocupantes, es lo que ofrece Renault. La firma ha desarrollado un sistema mediante el cual las ruedas traseras también son directrices. Por debajo de 60 km/h, pueden girar en la dirección opuesta a las delanteras, lo que supone una gran ayuda a la hora de aparcar, por ejemplo. Cuando se alcanza una velocidad superior a 60 km/h, las traseras y las delanteras giran en la misma dirección para ofrecer una alta precisión en la conducción.
Ya están disponibles en el mercado los equipos que frenan los coches por sí solos, si el conductor no lo hace, cuando detectan un peligro. De esta tecnología se han desarrollado dos variantes: la que lo hace a menos de 50 km/h para evitar choques por alcance en ciudad y la que lo puede realizar a alta velocidad. Para este control vuelven a utilizarse un sistema de cámaras y láser. Estos sistemas tienen mucho que ver con el control de crucero adaptativo que puede mantener la velocidad programada, frenar el coche o acelerar cuando sea necesario por sí solo. Esto también existe ya en la mayoría de los modelos de alta gama y en algunos más generalistas.
Una innovación en este sentido es la que ofrece el nuevo Ford Mondeo, un sistema que puede detectar a peatones que se cruzan en la trayectoria del vehículo. Si el sistema detecta la posibilidad de un atropello, avisa y si el conductor no hace caso ni reacciona, entonces el coche frenará por sí solo.
Sensores de movimiento
Mercedes presentó hace unos meses un prototipo, el F 015 Luxury in Motion, en el que la conducción autónoma era posible. De él destaca una innovación que casi ya es una realidad: el control por gestos de las funciones auxiliares de los automóviles. Una forma de controlar el audio, el navegador o el techo solar con sólo hacer un gesto, sin necesidad de hablar ni tocar ningún dispositivo. Esta tecnología también la podrá ofrecer en un futuro próximo Volkswagen.
Volvo equipa ya sus últimos modelos con un sistema de protección ante salida de carretera, que combina una rápida retracción eléctrica del cinturón de seguridad con una función de absorción de energía en el asiento para amortiguar las fuerzas en un ‘aterrizaje duro’ cuando un coche se sale de la carretera. Su funcionamiento se basa en la tecnología de las atracciones de entretenimiento de los parques temáticos.
Los avances han alcanzado tal desarrollo que existen modelos capaces de avisar al conductor de que el coche que circula por detrás puede chocar con el suyo. En este caso, le advierte con las luces de freno y prepara al vehículo por si la colisión se produce.
La realidad tridimensional también se ha hecho hueco en el mundo del motor gracias a cámaras estereoscópicas que permiten una visión en tres dimensiones para controlar el tráfico en los cruces o a la salida de un garaje. De esta forma, el conductor recibe información de un riesgo que llega por un lateral y que éste no ve.
Uno de los sistemas del que pronto dispondrán todos los vehículos es la comunicación coche a coche, de manera que el automóvil que va delante puede avisar a los que circulan por detrás sobre problemas en el tráfico, en la carretera, meteorológicos… Esto ya funciona mediante algunas aplicaciones que detectan radares. Un paso más adelante y que tardará un poco más en llegar (y en implantarse) será la comunicación entre las infraestructuras, por ejemplo, para que los semáforos se regulen solos en función del tráfico de la zona.
Estas innovaciones son un primer paso hacia el coche autónomo, que no necesita del conductor para funcionar. Como ya han demostrado Audi o Mercedes, que han circulado entre el tráfico sin piloto, esta tecnología ya está disponible, aunque las trabas para su implantación son burocráticas y legislativas.