Por María Jesús Hernández
10/12/2015
- Y después de la cumbre… ¿qué?
- Diez heridas en la piel del planeta
- Los 19 paraísos naturales en peligro crítico
- “En la Facultad de Biología no te enseñan a disparar”
«Nunca antes el mundo había afrontado un desafío tan grande», ya lo dijo el presidente francés, François Hollande, en la apertura de la cumbre del clima de París (COP21). Sequías, inundaciones, plagas, enfermedades y millones de desplazados. El cambio climático es un hecho y no sólo es una cuestión científica o medioambiental, es una cuestión de Derechos Humanos e igualdad de género.
Ningún país está a salvo de las consecuencias, aunque unos las sufrirán antes que otros. Los más pobres, los que menos emiten (un 10% según un informa de Oxfam Intermón), son y serán los primeros afectados. Esta injusticia global es uno de los mayores desafíos para los Derechos Humanos. «En una primera fase, serán los colectivos más vulnerables, con menor capacidad de resistencia, los que sufran los efectos del cambio climático, pero si esta situación se agrava, no se salva nadie», pone sobre la mesa Juan José López de Uralde, que encabeza la lista de Podemos-Equo por Álava.
Hablan los datos: el 2% de la población mundial ha tenido que desplazarse en los últimos seis años debido a los desastres provocados por el cambio climático y en 2050 esta cifra podría alcanzar los 200 millones de refugiados, según un informe de la ONU. «Nos vamos a encontrar con poblaciones enteras que van a verse obligadas a moverse por la incapacidad de abastecerse», explica López de Uralde.
Uno de los sectores más afectados por razones obvias es el sector agrícola. Los cambios de clima, las lluvias, las plagas… las poblaciones rurales son las primeras víctimas. Y dentro de ellas, las mujeres y las niñas sufren el golpe de una manera más severa. De los 26 millones de refugiados ambientales que contabiliza la ONU, 20 millones son mujeres; es decir, el 80%.
ONU Mujeres puso sobre la mesa varios ejemplos sobre esta situación en la Cumbre del Clima. Uno de los más significativos es el tsunami que asoló las costas del sureste asiático en 2004, donde más del 70% de las víctimas fueron mujeres. Sin embargo, menos del 1% del presupuesto para la lucha contra el cambio climático va dirigido a ellas. Equo denuncia que «la financiación para el cambio climático es un gran negocio, pero las personas más afectadas se están quedando al margen».
Hay que tener en cuenta que en los países más vulnerables son ellas las que dedican la mayor parte de su tiempo a buscar alimentos, combustibles, agua… a trabajar en el campo. «Se encuentran en primera línea y suelen ser las personas más afectadas, en comparación con los hombres y los niños, por la pobreza, el cambio climático, la inseguridad alimentaria, la falta de atención sanitaria, y las crisis económicas mundiales», detalla esta ONU Mujeres.
No obstante, no sólo son las víctimas, también son las precursoras del cambio, «sus aportaciones y su liderazgo son fundamentales para encontrar una solución». En la mayoría de los países en desarrollo, «las mujeres son las principales administradoras de la energía en el hogar y suelen ser importantes agentes de cambio en la transición hacia las energías sostenibles. Tienen un potencial enorme para crear redes de distribución y servicios en las zonas rurales, con lo que ayudan a disminuir el costo y a aumentar el acceso a las energías sostenibles», explican desde esta ONG.
ONU Mujeres combate el cambio climático fomentando la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Estos son algunos ejemplos del fruto de su trabajo:
Resiliencia en Bangladesh
Más de 19.100 mujeres han creado mejores sistemas de apoyo y preparación ante los desastres en 10 de los distritos de Bangladesh más vulnerables al clima.
Energía renovable en Malí
Centenares de mujeres en 13 zonas rurales han trasformado el panorama económico y social. En aquellas áreas que carecen de energía eléctrica; recibieron equipamiento a base de energía solar y de gas que les permitió procesar y comercializar productos locales.
Protección de cultivos en el Caribe
La mujeres se han volcado en adquirir conocimientos para la conservación del agua, la recolección de agua de lluvia y la importancia de proteger el medio ambiente para afianzar sus medios de vida.
En los oasis de Marruecos
Las mujeres han encontrado una manera singular de obtener ingresos y mitigar los efectos del cambio climático en su entorno cultivando plantas medicinales y aromáticas, mediante el uso de energía renovable.