Por Iñigo Aduriz
ACTUALIZADO 26/09/2016
Si el líder del PSOE, Pedro Sánchez, no tenía bastante con el cisma interno abierto en su partido en las últimas semanas o con la presión que desde la derecha mediática llevan ejerciendo sobre él por mantener su rechazo a facilitar un Gobierno de Mariano Rajoy, este domingo, las elecciones celebradas en Euskadi y Galicia le han causado una nueva crisis que amenazará aún más su liderazgo. Porque los socialistas se han hundido en ambas comunidades y en las dos se ha producido el tan temido sorpasso: Podemos, en el caso vasco, y En Marea, en el gallego, han obtenido más votos –y escaños en el caso de Euskadi– que el PSOE convirtiendo este 25S en un nuevo día negro para el socialismo, que no levanta cabeza desde 2011.
La candidatura que encabezaba Idoia Mendia se ha quedado en cuarto lugar, obteniendo su peor resultado en unas elecciones al Parlamento Vasco y quedando por detrás de PNV, EH Bildu, y Elkarrekin Podemos. No obstante, sus 9 escaños podrán resultar determinantes a la hora de garantizar la gobernabilidad de Euskadi en el caso de que el equipo de Urkullu quiera renovar su acuerdo con los socialistas que también mantienen en las tres diputaciones y en los ayuntamientos vascos. En Galicia, en cambio, el PSdeG se enfrenta a una nueva crisis tras quedar por detrás de En Marea en número de votos y no lograr por primera vez en su historia, convertirse en la fuerza que encabece la oposición.
El otro gran perjudicado de la jornada electoral es Ciudadanos. El partido de Albert Rivera no ha obtenido representación ni en el Parlamento gallego ni en el vasco, donde ni siquiera ha logrado sustituir el papel que hasta ahora jugaba UPyD con su único representante. Se trata de un nuevo retroceso en los planes de la formación naranja después de que en las elecciones generales del 26 de junio ya obtuviera menos votos que los que logró seis meses antes, en los comicios del 20 de diciembre.
Doble lectura para PP y Podemos
Una de cal y una de arena para el PP. Si bien en Galicia los populares han conseguido refrendar su mayoría absoluta con 41 escaños, la candidatura del exministro Alfonso Alonso se ha hundido en el País Vasco perdiendo más de 20.000 votos, quedándose con 9 escaños –uno menos que el logrado en 2012– y consolidándose como la fuerza política con menor representación del Parlamento de Vitoria. No obstante, el hecho de que la de los populares haya sido la segunda formación con más apoyos de la provincia de Álava ha provocado que tanto el presidente del partido en este territorio, Javier de Andrés, como el propio Alonso hayan salido eufóricos a celebrar sus resultados.
También se puede realizar una doble lectura de lo que ha dado de sí la jornada electoral para Podemos y sus confluencias. Tal y como se han afanado por explicar sus dirigentes en la noche de este domingo ha sido un proceso histórico para la formación morada que junto a IU y Equo en Euskadi ha logrado convertirse en la tercera fuerza política tan sólo dos años después de nacer, y en la formación hegemónica de la oposición en Galicia como parte de la coalición En Marea. Pero las elecciones han supuesto un varapalo para Podemos en el caso de Euskadi donde hace tan sólo tres meses lograba convertirse en la primera fuerza política en número de votos en las elecciones generales. Los vascos sí confían en los de Iglesias para gobernar España pero no para Euskadi, o al menos en la misma medida. Y tampoco su irrupción ha logrado frenar al PP en Galicia.
Continuismo en ambas comunidades
El esquema será por tanto muy similar al de los últimos cuatro años en ambos territorios. El PNV se consolida, una vez más, como la fuerza hegemónica del País Vasco. El lehendakari, Iñigo Urkullu, consigue refrendar su mandato con más apoyo que el que logró en 2012 –29 escaños frente a los 27 de entonces–. Su apuesta por dar una imagen de estabilidad y su empeño por hacer frente a lo que desde el partido nacionalista se han llamado «aventuras» le ha dado un muy buen resultado. No obstante, se queda lejos de la mayoría absoluta y tendrá que pactar con otras formaciones tanto para la formación del gobierno como para aprobar leyes e iniciativas. Lo bueno es que podrá hacerlo con cualquiera de las otras cuatro fuerzas políticas con representación en Euskadi.
En Galicia, la victoria del PP es aún más contundente. Se trata de la tercera mayoría absoluta consecutiva que logra Alberto Núñez Feijóo, que ha conseguido hacer frente al desgaste que castiga a su partido a nivel estatal, a los casos de corrupción y a sus polémicas fotos con el narcotraficante Marcial Dorado. La ha conseguido, además, con una mayor participación a la que se registró en 2012. A Feijóo, que se refuerza también a nivel interno en el partido y ante quienes le consideran un posible sustituto de Rajoy, le ha beneficiado la división de la izquierda entre el PSdeG, En Marea y BNG.