Por Cambio16
11/05/2017
La Policía y la Guardia Civil han anunciado este jueves la desarticulación de la mayor organización criminal de tráfico de hachís que operaba en España y que estaba asentada en el Campo de Gibraltar. Tras realizar más de 10 registros y detener a 19 personas, que se encuentran en prisión, se han aprehendido 13 toneladas de hachís y se han intervenido tres armas de guerra, tres pistolas, 20.000 euros y ocho vehículos todoterrenos de alta gama que habían sido robados.
Además, tal y como han informado ambos cuerpos en sendas notas de prensa, se han bloqueado seis inmuebles en Algeciras y La Línea de la Concepción valorados en 700.000 euros. Las investigaciones dieron comienzo en enero de 2016 cuando se pudo concretar la identidad de varias personas que estarían participando de manera habitual en desembarcos de droga llevados a cabo a lo largo del Campo de Gibraltar y costas cercanas.
Según avanzaba la investigación, se comprobó que las personas identificadas pertenecían a la organización criminal de narcotraficantes dirigida por el conocido como Messi, considerado policialmente el líder de la mayor red de tráfico de hachís asentada en nuestro país, y responsable de los principales transportes marítimos de esta droga que, a través del Estrecho de Gibraltar, llegan a las costas de Cádiz y Málaga.
Siempre según los dos cuerpos, esta organización operaba a través de células independientes, estancas entre sí, para impedir que la desarticulación de una de ellas provocara la caída de todo el entramado. Cada una de estas células estaba formada por alijadores, encargados de descargar el estupefaciente de las embarcaciones semirrígidas que llegaban a las playas españolas; por encargados del transporte de la droga desde la costa hasta las “guarderías” en vehículos todoterreno de gran potencia sustraídos para tal fin; y por los que custodiaban y distribuían entre los clientes de la organización criminal.
La organización utilizaba siempre el mismo modus operandi, que estaba perfectamente engranado y era conocido por todos sus miembros. Cuando los cabecillas tenían preparado un nuevo transporte de droga, enviaban a Marruecos las embarcaciones suficientes para transportar el estupefaciente comprometido, que llegaba a costas españolas al día siguiente.
Una vez que las lanchas tocaban tierra, la droga era desembarcada directamente por un gran número de alijadores repartidos en distintos puntos de la costa, principalmente del Campo de Gibraltar, zona controlada por esta red. Desde allí trasportaban el hachís a gran velocidad, en vehículos todoterreno sustraídos, hasta los almacenes en los que era custodiado y finalmente distribuido. Durante el trayecto por carretera, los conductores de los potentes vehículos no paraban nunca, no dudando en darse a la fuga cuando los agentes le daban el alto, poniendo en grave peligro tanto a los peatones como a la seguridad del tráfico si era necesario.