ENTREVISTA | JOSÉ LUIS PEÑAS. Denunciante del caso Gürtel y autor de Uno de los suyos (Península. 2016)
Por Iñigo Aduriz
15/03/2016
Fue concejal del PP en Majadahonda, pero sus discrepancias con el partido le costaron una expulsión, por lo que José Luis Peñas (Madrid, 1964) decidió fundar otro. Era 2005 y en el nacimiento de esa nueva formación contó con la ayuda de quien entonces era un empresario de éxito, Francisco Correa. Una conversación que le escuchó al que después se ha considerado el cabecilla de la trama Gürtel levantó sus sospechas. Decidió grabar las conversaciones de Correa durante dos años y después denunciarlo, dando pie a una de las investigaciones por corrupción ligadas al PP más graves de los últimos años. Los detalles de ese periplo los cuenta en el libro Uno de los suyos (Península, 2016). Peñas narra las miserias y las oscuras relaciones que existen a veces entre el empresariado y la política.
¿Qué le llevó a realizar esas grabaciones a Francisco Correa que resultaron cruciales en su implicación en el caso Gürtel?
Descubrí que Francisco Correa no era un empresario normal y corriente. Un día de diciembre de 2005 en el que estábamos juntos escuché una conversación con el manos libres del teléfono entre Correa y Benjamín Martín Vasco, concejal del PP en Arganda del Rey y presidente de la empresa municipal del suelo. En un momento de esa conversación Martín Vasco le dijo a Correa que o le daba los 300 millones o el concurso de la parcela no salía. Eso fue un shock y el inicio material de la investigación. Decidí que eso no podía dejarlo así.
¿Cuáles fueron los pasos que dio entonces?
Esa misma noche lo consulté con mi mujer y ella me recomendó que recopilara el mayor número de pruebas posible de esa trama y las presentara ante la Policía y los tribunales. Esa es la decisión que tomé.
¿Ha tenido algún tipo de represalia por haber realizado esta denuncia?
Cuando salió a la luz el caso Gürtel tuve muchas amenazas telefónicas de todo tipo. Lo peor es que un día un coche chocó contra mi mujer y luego nos llamaron para advertirnos de que tuviéramos cuidado, porque la próxima vez el choque sería con los niños dentro.
Atribuye ese suceso a la salida a la luz del caso.
Evidentemente. A la trama. Alguien quiso amedrentarme al máximo. Yo tenía mucho miedo pero en ese momento no me podía echar para atrás. La denuncia ya estaba puesta y lo que ocurrió me dio incluso más fuerza.
Pero, ¿se ha arrepentido en algún momento de lo que hizo?
Arrepentirme no. Pero denunciar este tipo de casos es muy duro no solamente para uno mismo sino para toda la familia. Yo porque soy funcionario y tengo mi puesto en el Ayuntamiento de Madrid, del cual estoy muy orgulloso. Pero he intentado trabajar en otras empresas, he mandado muchos currículums, y nunca jamás me han llamado. Alguna vez que he tenido una entrevista en cuanto han conocido este tema ya no les he interesado. Pero la sensación de haber hecho lo que uno tiene que hacer prima sobre todo.
A pesar de las conversaciones que escuchó, ¿siguió confiando en sus excompañeros del PP?
Son procesos. Con el paso del tiempo uno se va alejando de todo y ampliando el objetivo, y se tienen más elementos para tomar decisiones y saber qué ha pasado. En Génova, una gran parte de los dirigentes del PP, bien sea de forma activa o pasiva, han permitido el caso Gürtel. No hay más que recordar la famosa rueda de prensa en la que apareció toda la cúpula del PP con Mariano Rajoy al frente diciendo que esto era un caso contra el PP. Ese señor es el presidente del Gobierno en funciones del país, una cosa curiosa. En una democracia adulta este señor estaría friendo monas. En este país nos hemos conformado con muy poco y con gente que por activa o por pasiva han ayudado a la trama Gürtel.
Usted ha asegurado que no existen ni la trama Gürtel ni la Púnica, sino que lo que hay es una trama del PP. ¿Cree, por tanto, que la corrupción es sistémica en ese partido?
Con los dirigentes actuales, sin ninguna duda. Los que están ahora mismo llevan 20 o 30 años en el partido, que es el tiempo en el que se ha mantenido la financiación irregular. Ahora por fin un juez ha decidido llamar a las cosas por su nombre y ha decidido imputar al PP [de Valencia]. Se puede poner el nombre que se quiera a las investigaciones judiciales, pero el denominador común y el hilo conductor es el PP.
¿Considera que quedan casos por destaparse?
Cuando se observa lo que se ha descubierto ya, uno se da cuenta de que es una barbaridad. La cantidad de cargos, la cantidad de dinero malversado, robado… Muchas veces me cuesta pensar que vaya a haber algo más, pero desgraciadamente no nos acostamos ningún día sin que haya algún caso del PP en alguna comunidad o en otra. Con que se llegue al final de todo lo que se está investigando ya me conformaría.
¿Y qué hay de la corrupción en otros partidos?
La corrupción por parte del empresariado no conoce de siglas políticas. Lo único que quieren es quedarse con esos concursos amañados, conseguir parcelas de terreno a menos precio y meter sus productos en los ayuntamientos como sea. Lo que se tiene que conseguir es que tengamos una generación de políticos ya no solamente honrados, sino dispuestos a pelear firmemente contra la corrupción.
¿Cómo está afectando la corrupción a la formación del nuevo Gobierno?
Se habla mucho de combatir esta lacra por lo menos por parte de la opinión pública. Pero hay partidos que hasta que no llegan a diez las imputaciones no echan a sus imputados. Al final nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino. Todo empieza por uno mismo. Cuando tú quieres exigir te tienes que autoexigir mucho más. Yo sé que es muy doloroso ver a gente en quien confías imputada y que luego probablemente durante el proceso la imputación no quede en nada. Pero ahora mismo se necesita una limpieza casi quirúrjica, que no haya una posibilidad para la elucubración de nadie. Una persona que tenga tres imputaciones no puede seguir en la vida pública independientemente de que cuando acabe el juicio, en el caso de que acabe sin condena, vuelva y se le resarza.
¿A qué se refiere en concreto?
A un caso del PSOE. Su representante en Galicia [el líder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro] ha acumulado diez imputaciones.
Uno de los que pretende renovar como presidente es Mariano Rajoy. ¿Cuál es su responsabilidad en esa trama que usted dice que afecta al conjunto del PP?
Es el máximo responsable político de la trama de corrupción dentro de su partido. Él mismo reconoció que conocía la trama en una entrevista radiofónica en el año 1999. Que sabía lo que se estaba haciendo en Arganda y que lo que hizo fue echar a Correa del partido. Él reconoció que en su partido se estaban realizando irregularidades cuanto menos. ¿Por qué no fue a los tribunales y denunció? Por lo pronto a mí me hubiera ahorrado dos años de calvario, de grabar a tanta gente.
¿Cree entonces, como creen otros partidos, que cualquier regeneración política en España debe pasar por la salida de Rajoy del Ejecutivo?
Es el líder del PP. Igual que en su día le pasó al PSOE, es necesario no sólo un cambio de caras y de discurso, sino que las personas que han estado al frente del partido salgan.
¿Considera que la sociedad agradece suficientemente las denuncias por corrupción?
Cada cual es libre de pensar lo que quiera. Escribo el libro para que la gente sea consciente de lo que se pasa hasta llegar a este caso de corrupción y de cómo se ha conseguido sacarlo a la luz pública. Una buena parte de la prensa y de la sociedad lo reconoce. Yo lo que quiero es que la gente que ha estado en mi misma situación haga lo que yo he hecho.
¿Le parece que en España es fácil o difícil denunciar la corrupción?
Es casi imposible, porque no está bien visto. Las personas que denunciamos solemos estar al margen de lo habitual, un poco peligrosas, inconformistas y señalamos las imperfecciones de la sociedad. Afortunadamente para esta denuncia nadie pudo mirar al otro lado, ni jueces ni fiscales ni Policía. Pero normalmente el que denuncia suele ser tratado como un paria.