Por SANDRA MATÍN / Fotografía: FERNANDO SÁNCHEZ
David Morillas (foto) pensaba que tenía que dejar el deporte. Solía salir a correr casi todos los días de la semana, pero con 125 kilos, sus articulaciones se resistieron. Realizar un ejercicio tan fuerte con ese peso le provocó un grave problema en las rodillas. Con 27 años, David recibió el diagnóstico de su médico: “Si quieres que el dolor desaparezca, tienes que dejar de correr”.
Justo cuando pensó en tirar la toalla, le hablaron del Chi Running, una nueva técnica que fusiona el Tai Chi con el running y que le permitiría correr sin que su cuerpo sufriera. La probó, el dolor comenzó a desaparecer y pudo continuar con su rutina deportiva. “Cero lesiones y cero dolor”, cuenta. Esta disciplina deportiva se basa en adoptar una buena postura, no hacer fuerza y conseguir que el peso del cuerpo no sea soportado por los músculos. “Hay que alinearse en un eje interior, desde los pies hasta la espalda”, explica Rafael Izquierdo, uno de los cinco únicos instructores titulados que hay en España. No parece un proceso muy sencillo pero los resultados merecen la pena.
“El Chi Running permite correr más kilómetros durante un mayor espacio de tiempo, consumiendo menos energía de lo habitual”. Pero, lo más importante: “No perjudica a las articulaciones y evita que se produzcan lesiones”, explica Rafael Izquierdo. Más de un 70% de las personas que corren de manera habitual se lesionan una vez al año y tienen que permanecer inmovilizadas durante un tiempo. La mayor parte de las lesiones se deben al mal uso del cuerpo al hacer running, “no corremos bien y es lo que se debe cambiar”.
Y eso fue lo que hizo. Como su alumno David, el instructor tenía una lesión en la rodilla que le impedía entrenar de la forma que él quería. Su mujer, Amelia Jurado -también monitora- fue la que descubrió el libro El correr del Chi. En él, se explica todo lo que se debe saber sobre el método. Pero Rafael y Amelia querían más y, fascinados por lo que habían encontrado, decidieron asistir a uno de los cursos semanales que se realizan en Carolina del Norte.
Tras este período en Estados Unidos, Rafael y Amelia obtuvieron el certificado de instructores. “De momento sólo somos tres monitores en Madrid, uno en Barcelona y otro en Valencia”. El matrimonio organiza talleres en fines de semana alternos en estas ciudades, durante un día entero o de media jornada. “Luego es cuestión de practicar y practicar”, apunta Amelia, quien recalca el placer de correr sin sufrir.
¿Y a quién va dirigido el Chi Running? “Todos pueden practicarlo”. Aunque la técnica se dirige hacia profesionales y corredores habituales de maratones, quienes tienen más tendencia a las lesiones, el matrimonio coincide que también puede ser practicada por amateurs y principiantes. Y al utilizar movimientos que no van en contra de la naturaleza del cuerpo, es muy buena opción para iniciarse.
Pero hay más. La filosofía del Tai Chi, que influye en la técnica, permite obtener un beneficio espiritual. “Mientras corres, escuchas tu cuerpo y meditas”, explica Amelia. La instructora cuenta que se trata de un proceso de mejora personal, que permite conectar de una manera especial con la naturaleza y fomentar la conciencia mental. “Es un regalo añadido. Te ayuda a liberar la mente más de lo normal, me olvido de todo”, añade David. “Ahora salgo a correr sin música”.