Por Óscar Abou-Kassem
21/12/2015
- Análisis: España se enfrenta a un nuevo paradigma político
- Así vivimos en Cambio16 el minuto a minuto electoral
- Sánchez se salva y abre la puerta a los pactos
- Podemos logra la remontada
Las elecciones del 20D han dejado más dudas de las que se esperaban resolver. Los deseos de los votantes y un sistema electoral que penaliza la representatividad proporcional ha dejado un Parlamento más cercano a unas nuevas elecciones que a una coalición de Gobierno.
El Partido Popular ha sido el más votado. En el camino se ha dejado la mayoría absoluta, 64 diputados y más de 3,7 millones de votos. Como ganador, tiene el plus de legitimidad para ser el primer en intentar formar Gobierno. La realidad es que Mariano Rajoy tiene muy complicado no sólo gobernar: Lograr la investidura con 123 escaños parece una quimera.
El único apoyo a la vista podría ser el de Ciudadanos, que a su vez anula cualquier pacto con las formaciones nacionalistas/independentistas. Ante tal panorama el PP podría ver con buenos ojos unas elecciones. En ese periodo podría confiar en una mejora de la economía y recuperar a los votantes que han migrado a Ciudadanos. Algo que con el sistema electoral podría reforzar su posición.
Escenarios trampa
Para el PSOE la noche deja luces y sombras. Teniendo en cuenta las proyecciones de las encuestas y el transcurrir de la campaña, obtener 90 escaños y ser la segunda fuerza política puede parecer que se han salvado los muebles. Pero se trata de los peores resultados de los socialistas desde la Transición.
Los 90 escaños eran la línea roja que había dentro del PSOE para mantener a Pedro Sánchez. Una vez superado ese reto, el secretario general de los socialistas tiene el mayor dilema de todos los candidatos. Si permite, por activa o por pasiva, un Gobierno de Mariano Rajoy, abriría de par en par la fuga de votos hacia Podemos.
Si intenta formar Gobierno con el apoyo de Podemos y otras fuerzas minoritarias contaría, para empezar, con la feroz oposición del PP y Ciudadanos. Pero lograr un acuerdo de investidura con Podemos implica peajes carísimos y pocas garantías de estabilidad. Si se va a nuevas elecciones, los socialistas se podrían ver superados por una coalición de Podemos, sus socios actuales y una confluencia con Izquierda Unida. Ferraz se encuentra ante su mayor dilema desde el Congreso de Suresnes de 1974.
Esperando a dar el salto
Espectacular irrupción de Podemos en el Parlamento. Estrenarse con 69 diputados es un éxito sin paliativos. Sin embargo, los propios dirigentes de la formación se habían marcado unos objetivos mucho más ambiciosos. Superar al PSOE y erigirse como alternativa de Gobierno al PP. No lo han conseguido, pero el resultado les hace confiar más en superar a los socialistas en unas próximas elecciones que en permitir un Gobierno liderado por Pedro Sánchez. Algo que cuenta con muchas dificultades por la propia composición de las listas de la coalición de izquierdas al Parlamento.
Dentro de los escaños de Podemos hay varias candidaturas que tendrán grupo parlamentario propio y que implicarían una negociación a varias bandas entre los miembros de la coalición antes de llegar a ningún acuerdo con el PSOE. Queda la duda de dónde hubieran llegado si hubieran llegado a un acuerdo con Izquierda Unida para liderar una candidatura conjunta. Parece evidente que, como mínimo hubieran superado al PSOE.
En su primera intervención quedó claro que Podemos mira más a nuevas elecciones que a otra cosa. El primer ataque de Pablo Iglesias fue contra Pedro Sánchez. El plan de Podemos de tomar el cielo por asalto pasa por superar al PSOE a costa de sus electores. Pocos dilemas en la formación morada.
Gestión de las expectativas
Algo más descolocado, a tenor también de la gestión de sus propias expectativas, ha quedado Ciudadanos. Es probable que opte por una actitud pasiva a la hora de apoyar a Mariano Rajoy a la vista de la ingobernabilidad del nuevo Parlamento. El partido de Albert Rivera tendrá que procesar los resultados y considerar cuál es la mejor manera de afrontar unas hipotéticas elecciones.
Si el PP se erige como único garante ante un frente de izquierdas, Ciudadanos puede verse sometido a la misma presión que el PSOE y verse difuminado en un escenario polarizado. En cualquier caso, debutar con 40 diputados en el Congreso de los diputados debería ser motivo de celebración para cualquier formación.
En los próximos días sabremos si el resto de partidos que han logrado representación parlamentaria consiguen superar el umbral de la relevancia. Los principales partidos tendrán que probar si están listos para dialogar y pactar o prefieren jugársela de nuevo en las urnas. La reforma Constitucional pasa del frigorífico al congelador.
En cualquier caso, los líderes políticos deberían recordar que los votantes los eligen para que ejerzan su actividad de forma responsable. ¿O no es la responsabilidad de los gobernantes mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos?