Al menos 16 personas han muerto y 80 han resultado heridas debido a la explosión de dos bombas en una intersección muy transitada en el centro de Bangkok, junto a un templo al que acuden hindúes y budistas, informaron medios locales.
Fuentes diplomáticas confirmaron que entre las víctimas hay turistas extranjeros aunque no precisaron su número ni su nacionalidad. Sin embargo, de acuerdo con portavoces hospitalarios, las deflagraciones han causado la muerte de dos ciudadanos filipinos y dos chinos, y muchos de los heridos también son de esta última nacionalidad. Este recuento de víctimas extrajeras no ha sido confirmado por fuentes oficiales.
El primer artefacto estalló a las 19.00 hora local (12.00 GMT) y el segundo lo hizo 15 minutos más tarde, según relataron testigos presenciales en el lugar de los estallidos, en el área de Ratchaprasong, jalonada de hoteles de lujo y complejos comerciales.
Uno de los artefactos se encontraba escondido en una motocicleta estacionada junto al cercano templo de Erawan, de credo hindú pero al que también acuden budistas y cuy
a visita figura en los recorridos turísticos de los visitantes extranjeros en la capital tailandesa. Las primeras imágenes de la matanza las ofrecieron usuarios de la Twitter, que colgaron en la red social fotografías en que se veían cuerpos tirados en la calzada, llamaradas junto a motocicletas calcinadas y transeúntes corriendo para huir de la zona.
Una hora después de las deflagraciones, una decena de ambulancias seguían dirigiéndose al lugar, acordonado por un centenar de policías en un perímetro de 300 metros. Un oficial de las fuerzas de seguridad confirmó entonces a los reporteros, que se había tratado del estallido de bombas, poniendo fin a la incertidumbre sobre el origen de las explosiones. El oficial aseguró que las fuerzas de seguridad habían desactivado «otros dispositivos» en la zona, que aún no era segura.
Cerca de la medianoche nadie había reivindicado los ataques. Los atentados terroristas no son frecuentes en la capital de Tailandia, país en el que el turismo supone el principal sector económico. Grupos armados musulmanes están implantados en el sur de Tailandia pero no suelen operar en la capital del país.
Tailandia sufrió el año pasado una fuerte convulsión política que causó decenas de muertos y desembocó en un golpe de Estado por el Ejército y en la instauración del actual Gobierno militar. Las relaciones entre el ejecutivo castrense y la oposición civil han mejorado, no obstante, en los últimos meses.
Para las autoridades, lo seguro es que los autores del atentado de hoy «han intentado matar y destruir la economía y el turismo», apuntó el viceprimer ministro y titular de Defensa, general Prawit Wongsuwan, en declaraciones recogidas por el diario ‘Bangkok Post’.
Tras expresar sus condolencias a las víctimas, el general Prawit subrayó que los atentados han tenido la intención de «causar el máximo número posible de muertos y heridos», al tener como blanco el bullicioso corazón de la ciudad.