Por María Jesús Hernández
El auge del soberanismo, la crisis y un nombre propio: Ada Colau (Barcelona, 1974). Esas son las tres variables que marcan estos comicios y que sitúan a la Ciudad Condal en una encrucijada de gobernabilidad. Barcelona en Comú y CiU tendrán la última palabra.
Demasiadas cosas han cambiado desde que Xavier Trias (Barcelona, 1946) se convirtiera en 2011 en el primer alcalde no socialista de la ciudad en 32 años. Por aquel entonces, pactaba con el PP los primeros presupuestos y las grandes inversiones; aún no había estallado el proceso soberanista. Hoy, Trias vuelve a hablar de acuerdos con todas las formaciones y ha llegado a reconocer que en estos comicios el cariz independentista no le conviene.
No obstante, está ahí. “Aunque no se plantee directamente, es la primera batalla. El voto se va a dividir en soberanista y no soberanista”, explica el consultor político José Luis Sanchís. Algo que puede beneficiar a la formación de Colau, “cuya posición no está muy clara en este tema. La gente que no es nacionalista radical se moverá con ella”.
La crisis y las políticas llevadas a cabo como consecuencia de la misma están íntimamente ligadas al ascenso de la exportavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Sanchís la define como “la limpieza, la cercanía, la esperanza”. Nada que ver con el actual alcalde, “una persona lejana, elitista”. Recalca que hay que tener en cuenta que “Trias gana por la marca de su partido, CiU; mientras que Colau es la marca del suyo”.
Aún así, no lo tiene nada fácil. Gobernar Barcelona pasa por un pacto con ERC y PSC, partido al que Colau hace tan responsable como a CiU del modelo “capitalista y desigual” de la ciudad. A esto hay que sumarle su punto débil, “le falta estructura, nada que no se arregle con tiempo”.
Por su parte, Trias, quien ha apostado por una campaña continuista -su lista de candidatos es casi idéntica a 2011-, cuenta con la fidelidad del electorado de CiU y con los números: 22 millones de superávit en 2014. Aunque en este caso, resulta un arma de doble filo.
Por un lado, gestiones como la de los ‘préstamos’ a la Generalitat, no sólo han dado lugar a la polémica, sino que han generado una deuda de 148 millones con el consistorio. Por el otro, el modelo establecido en la ciudad. Barcelona está dividida en torno a la política de turismo. Partes emblemáticas de la ciudad están destinadas por completo al turista, con todo lo que ello conlleva: suciedad, precios elevados… Además de los problemas con los apartamentos ilegales.
Desde la barrera miran todas estas cuestiones Alberto Fernández Díaz (Barcelona, 1961), candidato del PP, partido que quedaría relegado a sexta fuerza del consistorio según el CIS; y el PSC de Jaume Collboni (Barcelona, 1969), cuya caída continúa tras sus batallas internas.
A destacar: Ciutadans. Entra por primera vez y le sitúann por delante de PSC, ERC, PP y la CUP. Su candidata es Carina Mejías (Barcelona, 1964), exportavoz del PP, quien llegó a Ciutadans en 2012.
Las otras batallas:
- Comunidad Valenciana y Valencia
- San Sebastián
- A Coruña
- Comunidad de Madrid y Madrid
- León
- Islas Baleares y Palma de Mallorca
- Sevilla
- Asturias
- Navarra
- Aragón
- Extremadura
- Castilla-La Mancha