Por Teresa Jiménez
12/08/2016
El aumento de la temperatura global del planeta está lejos de ser una exageración esgrimida por los ecologistas para defender medidas que frenen el cambio climático. Si los líderes políticos ya se comprometieron en la Cumbre de París (COP21) a tomar la iniciativa para asegurar la calidad de vida de las futuras generaciones, este compromiso empieza a tomar más relevancia a medida que se conocen más datos sobre clima.
Y los últimos que ha dado a conocer la Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) vienen a ratificar que el planeta se está abrasando. En el pasado mes de junio se batieron nuevos récords: 14 meses consecutivos en los que las temperaturas alcanzaron mes tras mes sus temperaturas más elevadas, y el mes de junio más caluroso desde 1880, año en el que se comenzaron a registrar los datos.
El junio más caluroso llegó tras el mayo más caluroso, el abril más caluroso, el marzo más caluroso… Y así hasta 14 meses que fueron los más calurosos. Antes del pasado junio, el mismo mes de 2015 tenía el récord mensual, al igual que mayo de ese año. Y, aunque acabamos de pasar el ecuador del año, los expertos sitúan las probabilidades de que este año sea el más caluroso de todos los registrados en el 99%, como señala Gavin Schmitdt, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales.
Los efectos de ‘El Niño’
También la NASA y la NOAA, que mantienen registros independientes de las temperaturas de la Tierra, coinciden en que el mes pasado fue abrasador y que este año va camino de batir todos los récords. Y podría registrarse marcas nunca vistas en el siglo. No en vano, 15 de los 16 años más calurosos han sido del siglo XXI.
El año pasado, el calentamiento del planeta se explicaba por el fenómeno El Niño, cuyos efectos aún se dejan notar, aunque en menor medida. Y después del calor, La Niña podría traer muy pronto nuevas condiciones que lleven a un enfriamiento del planeta, según el Centro de Predicción del Clima de la NOAA. La agencia sitúa las probabilidad del 60% de que La Niña comience a desarrollar en el próximo otoño o invierno.
A pesar de ello, a largo plazo la tendencia de la temperatura del planta es al alza, como bien demuestran los datos registrados en los últimos 14 meses.